S a n C a r l o s N o t i c i a s: De San Carlos a México: músicos de Tronic recuerdan su ciudad natal

16 de mayo de 2015

Por Felipe Vergara - ladiscusion.cl

Entre las anécdotas, recuerdan una primera e incomprendida tocata en el Club Social de la comuna ñublensina.

Comenzaron como una aventura al igual que tantas otras en 2003. El sonido de sus instrumentos terminó por convencerlos de que la música sería lo suyo. Sin embargo, su destino les fue mostrando paso a paso que sus esfuerzos podían trascender como pocos proyectos y por eso, nunca dejaron de crecer.

Ahora, desde México, Tronic sigue creando melodías con la tranquilidad de haber alcanzado un rincón en la historia del rock nacional. Canciones como “Combo final” y “Malos amigos” llegaron hasta los oídos de miles de fanáticos, instalándose en el sitial del inconsciente colectivo.

Agrupación formada en Santiago, pero con ADN ñublensino. Dos de sus integrantes nacieron en San Carlos y en esas calles encontraron sus primeros ritmos. Las guitarras de Rodrigo “Rigo” Vizcarra y Gustavo “Chavin” Labrín fueron forjando ahí su sonido y proyectaron una banda que trascendió las fronteras de Chile.

Los 14 singles radiales, 12 videoclips e incluso, un número 1 en MTV describen su calidad. Sin embargo, ni los reconocimientos ni sus agitados viajes hacen que se puedan olvidar de su andar en San Carlos.

“Tengo buenos recuerdos de mi adolescencia, tardes de verano a toda velocidad en mi bicicleta por la plaza de armas. En esos tiempos era bien bonita, muchos árboles, palmeras, los típicos algodones, los helados en bolsa, el señor que vendía avellanas, el pitijuay de la flor y grandes amigos con los que sigo en contacto hasta el día de hoy, como Francisco Meriño, David Vivero y Felipe Gajardo”, cuenta con detalle Chavin.

Así también, recuerda cómo otro vital compositor nacional le dio sus primeras herramientas en la música. “Fue cuando conocí a Koko Stambuk (Glup) en la misma plaza de armas. Él venía llegando de Osorno, nos hicimos amigos en la calle intercambiando casetes. Él me contó que tocaba y yo le conté que tenía una guitarra eléctrica en casa que me había prestado un amigo. Quedamos en juntarnos un día en mi casa y me enseñó a tocar los primeros acordes que hice en mi vida”, señala.

Tampoco olvida su debut frente a un público en el Club Social de San Carlos. “Era en un bingo donde había mucha gente adulta. Estrenamos nuestra primera banda “Lollapeluza” con canciones de The Ramones y Sex Pistols. Quedaron muy impactados y creo que no entendieron nada, tocamos casi dos canciones y nos expulsaron. Fue muy chistoso”, confiesa.

Historias como esa hacen que siempre regresen a casa. Así como hoy se presentarán a las 18.00 horas. Es que las amistades que crearon en ese lugar también fueron su primera escuela.

Recreación

Así lo reafirma Rigo. “Cuando era adolescente no había muchas entretenciones en San Carlos. Una de ellas era hacer deporte y la otra, que por suerte descubrí, era la música. Tenía amigos que tocaban y dediqué mucho tiempo a entretenerme con eso. Practiqué bastante y con el tiempo me di cuenta que era más que un hobby para mí. Creo que lidiar con gente que no estaba contaminada de movimientos musicales me ayudó bastante a conocerme y tener un estilo propio, lo cual, según yo, es muy difícil de lograr entre los músicos”, indica.

El músico también muestra orgullo por los artistas que vinieron antes que ellos y cada vez que puede saca a la palestra a sus coterráneos de Los Ángeles Negros y Violeta Parra. La razón de tan buena cosecha sancarlina, para él es un misterio. “Debe ser la tranquilidad de la ciudad, es más fácil encontrarse con uno mismo. Pero a veces lo pienso y creo que son sólo coincidencias. Los grandes artistas pueden nacer en cualquier parte del mundo”, reflexiona.

Pero al igual que los demás ñublensinos, los esfuerzos han sido múltiples para poder ejercer el oficio que más les llena y que tantas alegrías genera en quienes escuchan su trabajo. “La vida del músico es sacrificada aquí y en la quebrá’ del ají, se necesita de mucho esfuerzo y trabajo para generar espacios. Nosotros hacemos lo que más nos gusta, la música, quizás eso ayuda a generar espacios, si no se generan, los inventamos, si nos cierran una puerta, abrimos una ventana”, precisa.

Con esa claridad es que aprovecha de motivar a quienes quieren seguir su ruta: “el mensaje es que sigan sus sueños, nunca traten de ser como otros músicos o bandas y tomarse en serio el trabajo. Ser profesional, ser músico, no es andar carreteando ni ‘hueviando’. Es el trabajo más lindo del mundo y necesita mucha dedicación. Si lo respetas, te irá bien”, aseguró.