Beastie Boys |
Pensaban que era un grupo
mexicano. Pero el día que los neoyorkinos samplearon a los chilenos en su disco
Hello Nasty, hace más de veinte años, más allá de las nacionalidades los
escogieron porque “tenían mucho funk”. Esta es la historia.
Baltasar Daza
21 ENE 2021 10:13 AM
Antes de conocer el origen
chileno de Los Ángeles Negros, el trío neoyorkino Beastie Boys pensaba que eran
un grupo mexicano. Cuando los samplearon en su disco Hello Nasty (1998), lo
cierto es que más allá de las nacionalidades, los escogieron porque “tenían
mucho funk”.
En el tema “The move” de los raperos más cotizados de la época en el mundo, se oye parte del estribillo de la canción “El rey y yo”, grabada por los chilenos para su disco Y volveré (1969). “Es asombroso”, contó la banda de Mike D, MCA —el fallecido integrante responsable de encontrar el tema— y Ad-Rock entrevistada hace varios años por Wikén.
El hallazgo tiene relación con
que efectivamente tras la música romántica de los sancarlinos, una capa debajo
del mote de “cebolla”, hay una historia que tiene su origen en el funk de James
Brown.
James Brown |
Los Ángeles Negros |
Base rítmica
Tras su formación en San Carlos,
promediando el final de la década del 60, el fallecido guitarrista Mario
Gutiérrez y el cantante Germaín de la Fuente vieron alejarse a sus compañeros
de banda. El cuarteto original que había salido del liceo público de aquel
pueblo del sur chileno se había roto, pero su historia seguía escribiéndose a
paso firme.
Escuela Consolidada de San Carlos |
Si Los Ángeles Negros habían nacido como una banda de rock con un cantante de boleros, al momento en que encararon la grabación de su segundo trabajo —el seminal Y volveré—, el director de Odeón los puso en contacto con tres nuevos músicos que tomarían el puesto de bajista, baterista y tecladista en el grupo.
Los Red Juniors (Hermanos Zabaleta)
Fanáticos de la música de James
Brown, en sus noches libres en Norteamérica se iban a los clubes de música
negra para observar de primera mano cómo se tocaba esa música.
“Anotaban algunas claves en servilletas”, relata Jorge Leiva, uno de los directores del documental Ángeles Negros (2007).
Viejos palacios de música negra, EEUU.
Mario Gutiérrez |
En abril de 2008, la edición chilena de la revista Rolling Stone situó al segundo álbum de Los Ángeles Negros, Y volveré, en el séptimo lugar dentro de los 50 mejores discos chilenos de todos los tiempos. “El disco grabado en 1969 en los estudios EMI de la calle San Antonio, encierra la secreta ecuación musical de Los Ángeles Negros, aquella que hoy suena tan cotidiana, y que junta en una misma banda a un cantante de boleros con una banda de rock: guitarra, bajo, batería y teclado”, se lee en la nota que acompaña al disco.
Luego sigue: “Un apurado disco
para EMI fue la antesala de Y volveré, que tuvo un segundo ingrediente para su
sello final. Tres nuevos músicos se sumaron al cantante y al guitarrista de la
banda de San Carlos. Tres músicos profesionales, recién llegados de una larga
estancia en Canadá y obsesionados con James Brown. Ellos le dieron un escondido
componente de funk a las canciones que terminaron de dibujarlas como
inmortales”.
El diagnóstico es compartido por
el músico Álvaro Henríquez en el documental Ángeles Negros.
Álvaro Henríquez |
En medio de un concierto de Los
Bunkers donde ambos figuran como invitados, Henríquez conversa en camarines con
Germaín de la Fuente. “Para mí inauguraron un estilo. No solamente el estilo
que ve toda la gente, que es romántico, terrible, etcétera, sino que la base
rítmica era funky. No era bolero, sino que era...”, dice el líder de Los Tres
—que abrió el show de James Brown en Chile el año 2005— y rápidamente imita el
pulso de la batería de “El rey y yo”:
La escena es capturada por el
documental de Pachi Bustos y Jorge Leiva.
“Les copiaría todo”, dice Jorge
González en el citado documental. “La manera de tocar la batería, los órganos,
el bajo, la guitarra... todo, porque cada instrumento es grosso”, continúa el
líder de Los Prisioneros.
Jorge González |
“Ellos inventaron un estilo de
hacer una música que tenía una onda latinoamericana romántica, pero con
guitarra, bajo, batería... eso fue una idea muy buena. Fue tan buena que
aparecieron miles de bandas, aparecieron Capablanca, Los Galos y muchos años
después hubo otra generación que estaba completamente influenciada por Los
Ángeles Negros, que era la generación de Los Temerarios, los Bronko, Los Bukis
y Selena”, añade.
Según el sanmiguelino, “toda la
movida que hubo en la frontera de México con Estados Unidos, a finales de los
80 y comienzos de los 90, todo eso era puro Ángeles Negros”.
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