24 de octubre, 2009
Señor Director Diario La Discusión:
Que el Poder Ejecutivo desconozca la deuda histórica que se mantiene con los profesores me parece tan escandaloso y contrario a la ética, como negar las violaciones a los derechos humanos ocurridas en la dictadura militar, y creo no exagerar.
Dicha mala memoria podría ser permisible a un personero de la década del 80, pero es inaceptable en un Gobierno democrático. Por eso, esta negación histórica viene a mancillar uno de los principios democráticos más básicos como lo es el respeto a los acuerdos. Claro está que la democracia no sólo consiste en tener derecho a salir a las calles a protestar, sino que mediante el diálogo llegar a acuerdos y cumplirlos; considero que esto sería una buena forma de volver a encantar a nuestros jóvenes con la vida política; es decir, predicar con el ejemplo.
Me pregunto ¿nuestras autoridades de Gobierno han pensado en las consecuencias de su negación histórica? ¿Han pensado en el maltrato que están dando a los profesores/as, especialmente en aquellos docentes que se desempeñan en los sectores más vulnerables? ¿Dónde está la preocupación por lo social, aspecto que ha sido indicado como la impronta del Gobierno de nuestra Presidenta? Al parecer, está siendo olvidado a medida que se avecinan las elecciones ¡¡Qué paradoja!!
Sin duda que a estas alturas del año, perder un día de clases resulta nefasto, considerando que aún no se terminan de recuperar las clases perdidas por la paralización anterior. En ese entonces, el Gobierno apeló a la falta de profesionalismo y a la conciencia ética de los docentes paralizados, al daño que estaban causando a los alumnos/as ¿Pero quién piensa en el daño que se le está haciendo, ya por décadas, a los docentes?
Y como ya quedó en evidencia, el diálogo y los acuerdos son inconducentes, al magisterio no le queda otro recurso que la paralización ¿Hasta cuándo los gremios profesionales deben apelar a esta vía para lograr una mejora en sus condiciones? ¿De qué sirve la también llamada “histórica” inversión que se ha hecho en educación (¿o tampoco existe?) si los profesores no son prioridad? ¿Realmente es posible lograr una calidad de la educación si los gestores de dicho proceso son atropellados? De poco servirán los programas que impulsa el Gobierno para mejorar la profesión docente, tales la AEP si nuestro Poder Ejecutivo sufre de estas “amnesias”.
María Loreto Mora Olate
Magíster en Educación. UBB.
Fuente: http://www.diarioladiscusion.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=2301:deuda-historica-en-chile&catid=45:cartas&Itemid=55
E-MAIL sancarlosnoticias@hotmail.com
Que el Poder Ejecutivo desconozca la deuda histórica que se mantiene con los profesores me parece tan escandaloso y contrario a la ética, como negar las violaciones a los derechos humanos ocurridas en la dictadura militar, y creo no exagerar.
Dicha mala memoria podría ser permisible a un personero de la década del 80, pero es inaceptable en un Gobierno democrático. Por eso, esta negación histórica viene a mancillar uno de los principios democráticos más básicos como lo es el respeto a los acuerdos. Claro está que la democracia no sólo consiste en tener derecho a salir a las calles a protestar, sino que mediante el diálogo llegar a acuerdos y cumplirlos; considero que esto sería una buena forma de volver a encantar a nuestros jóvenes con la vida política; es decir, predicar con el ejemplo.
Me pregunto ¿nuestras autoridades de Gobierno han pensado en las consecuencias de su negación histórica? ¿Han pensado en el maltrato que están dando a los profesores/as, especialmente en aquellos docentes que se desempeñan en los sectores más vulnerables? ¿Dónde está la preocupación por lo social, aspecto que ha sido indicado como la impronta del Gobierno de nuestra Presidenta? Al parecer, está siendo olvidado a medida que se avecinan las elecciones ¡¡Qué paradoja!!
Sin duda que a estas alturas del año, perder un día de clases resulta nefasto, considerando que aún no se terminan de recuperar las clases perdidas por la paralización anterior. En ese entonces, el Gobierno apeló a la falta de profesionalismo y a la conciencia ética de los docentes paralizados, al daño que estaban causando a los alumnos/as ¿Pero quién piensa en el daño que se le está haciendo, ya por décadas, a los docentes?
Y como ya quedó en evidencia, el diálogo y los acuerdos son inconducentes, al magisterio no le queda otro recurso que la paralización ¿Hasta cuándo los gremios profesionales deben apelar a esta vía para lograr una mejora en sus condiciones? ¿De qué sirve la también llamada “histórica” inversión que se ha hecho en educación (¿o tampoco existe?) si los profesores no son prioridad? ¿Realmente es posible lograr una calidad de la educación si los gestores de dicho proceso son atropellados? De poco servirán los programas que impulsa el Gobierno para mejorar la profesión docente, tales la AEP si nuestro Poder Ejecutivo sufre de estas “amnesias”.
María Loreto Mora Olate
Magíster en Educación. UBB.
Fuente: http://www.diarioladiscusion.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=2301:deuda-historica-en-chile&catid=45:cartas&Itemid=55
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