San Carlos, ciudad de tradición y progreso

luis fernando mena cisternas (donfernandomena@hotmail.com)

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Texto eleborado por sr. Luis F. Mena Cisternas, Director del Liceo Politécnico de San Carlos, para díptico a entregar en Acto Cívico 209º Aniversario de la ciudad, día 5 de julio de 2009.

San Carlos, ciudad enclavada en el corazón de Chile, posee aun la sencillez del habitante rural, que ama su tierra y sus tradiciones, que hidalgamente cabalga rumbo a la medialuna y cuyos descendientes de los grandes de entonces se encaminan, raudos, a la tecnología del siglo veintiuno.
Nunca se imaginaría el aristócrata baenense que su decisión de fundar en esta comarca de Itihue una villa, para honrar la memoria del amado Carlos, Rey de hispanas tierras, sería el punto de partida para la conformación de tantos hombres y mujeres que le han dado, al país y al mundo, satisfacciones culturales, demostraciones de valentía, ejemplos de conductas cívicas, pero sobre todo el aporte anónimo de la riqueza alimentaria.

Itihue, lugar de trigales, evoca centenares de cuadras ondulando bajo la suave brisa de las alegres primaveras de antaño, cientos de personas celebrando las jubilosas trillas, tropillas de animales rumbo a las veranadas, la algarabía de la vendimia casera, el chispear de la sabrosa chicha de uva y el áspero mosto, que en la mesa hogareña, anima la larga noche de invierno.
Pero no sólo europeos y criollos acunaron los inicios del San Carlos de Itihue, la impronta indígena también implantó su sello en la cultura, y este crisol de razas formó la base que sustentó la sobrevivencia de nuestra querida ciudad, los hombres y mujeres que vieron la luz en este fabuloso valle, con su esfuerzo, superaron los embates de una naturaleza bravía, y se levantaron airosos después de inundaciones, terremotos y tornados.
Con la creatividad de sus autoridades y el aporte de los vecinos, dejaron atrás el barro de sus calles, construyeron escuelas para derrotar la ignorancia, levantaron edificios y viviendas parea sus habitantes, diseñaron paseos y plazas para solaz de las visitas, atrajeron el aporte del comercio, y desde lejanas tierras bíblicas, se recibió el legado de otras culturas que se fundieron con la nativa, a orillas del inquieto Navotavo.
Hoy San Carlos, ciudad bicentenaria, se levanta flamante y acogedora, con todos los servicios de una urbe moderna, con nuevos desafíos para el futuro, pero con el mismo empuje y ánimo que la hace única en el territorio nacional.
Honor y Gloria a esta noble ciudad de San Carlos de Itihue.

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