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Nacida en el vecino puerto de Valparaíso el 22 de julio de 1914, estudió Historia y Geografía en la Universidad de Chile y posteriormente estadística. Ejerció como bibliotecaria en la Dirección de Estadísticas de Chile.
El matrimonio tuvo tres hijas: Carmen Paz, Beatriz (fallecida) e Isabel, actualmente diputada del Partido Socialista.
Tencha acompañó a Allende en sus campañas políticas, recorriendo el país y tomando contacto con la realidad de los chilenos.
Igualmente, colaboró con Allende en sus giras internacionales: Naciones Unidas, Unión Soviética, México, Ecuador, Perú y Argentina.
Tras el golpe militar de 1973, marchó al exilio en México, donde denuncia la violación de los derechos humanos por el régimen militar chileno.
Luego, promoviendo la solidaridad con el pueblo chileno, visitó los cinco continentes, donde fue recibida por más de 50 mandatarios. Después de 17 años, regresó a Chile y presidió la Fundación Salvador Allende.
Entre las muchas distinciones internacionales, Tencha cuenta con el Premio Lenin de la Paz (1978) y el Premio Ana Betancourt, de Cuba.
Fuente: http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=17018&Itemid=44
Hortensia Bussi, la esposa del presidente chileno Salvador Allende (1970-1973), fallecida hoy, evolucionó junto a su marido y pasó de ser una dama de modales aristocráticos a una ferviente luchadora social, sobre todo tras la muerte del primer presidente socialista de ese país suramericano.
Desde el exilio, "Tencha", como la llamaban sus allegados, fue una voz constante y decidida que aglutinó a distintos sectores que buscaban la recuperación democrática de su país, rota tras el golpe que el 11 de septiembre de 1973 encabezó el general Augusto Pinochet.
Nacida en Valparaíso el 22 de julio de 1914, hija de un oficial de marina mercante, quedó huérfana de madre en su infancia.
A los 16 años se trasladó a la capital chilena a casa de una hermana de su madrastra, para así poder cursar estudios de Historia en el Instituto Pedagógico de Santiago.
Una vez licenciada, fue durante varios años profesora de Historia y hacia 1936 comenzó a trabajar en la Dirección de Estadísticas, donde permaneció 17 años.
Conoció a Salvador Allende, entonces diputado del Partido Socialista, al ser presentados por un amigo común, durante el gran sismo de Chillán, ocurrido el 25 de enero de 1939, se casaron al año siguiente y desde entonces acompañó a su marido en la causa socialista.
El matrimonio tuvo tres hijas: Carmen Paz, Beatriz y María Isabel. Beatriz Allende, médico como su padre, se suicidó en su residencia de La Habana, el 11 de octubre de 1977, a los 32 años de edad.
Allende ganó la presidencia el 4 de septiembre de 1970, como candidato de la Unidad Popular, y tomó posesión el 3 de noviembre.
Cuando su marido fue electo Presidente, asumió el rol de Primera Dama, y se dedicó al Comité de Navidad y presidir el Cosema, institución sucesora del CEMA, organismo dedicado a otorgar oportunidades y perfeccionamiento a la mujer.
Ocupó el puesto hasta el 11 de septiembre de 1973, fecha en que murió durante el asalto al Palacio de la Moneda por un golpe de Estado encabezado por su recién nombrado jefe de las Fuerzas Armadas, Augusto Pinochet. Cuatro días después Bussi tuvo que abandonar su país junto con sus tres hijas, los maridos de dos de ellas y sus nietos.
Se acogieron al asilo ofrecido por el entonces presidente de México, Luis Echeverría, y se trasladaron a vivir a la capital mexicana.
Desde el exilio, se dedicó a la coordinación del apoyo externo para la lucha contra la dictadura de Pinochet.
Después de 15 años expatriada, el 24 de septiembre de 1988 regresó a su país para sumarse a la campaña por el 'No' en el plebiscito a Pinochet.
Tras la celebración de nuevas elecciones democráticas en Chile, en diciembre de 1989, en las que ganó la coalición de centro-izquierda Concertación de Partidos por la Democracia, fijó definitivamente su residencia en Santiago de Chile en marzo de 1990.
Meses más tarde, el 4 de septiembre de ese mismo año consiguió uno de sus deseos, trasladar los restos de su marido desde una tumba sin nombre en Viña del Mar hasta el cementerio general de Santiago de Chile. Bussi, que desde su regreso a Chile evitó alinearse con ningún partido, definió la transición en su país como "coja y tutelada" y aseguró que no la consideraría terminada mientras se siguiese "celebrando el 11 de septiembre, que divide a la familia chilena" y mientras siguiesen "los senadores designados y tantas injusticias".
También pidió "verdad y justicia" como paso previo para la "reconciliación".En 1998, con motivo de la conmemoración del 25 aniversario de la victoria de Allende, el semanario español Els Temps publicó una entrevista con "Tencha" en la que ésta acusó a dirigentes de la Democracia Cristiana chilena y a Estados Unidos de haber estado implicados en el golpe de Estado contra su marido, y se mostró convencida de que Pinochet sería encausado "tarde o temprano" .
No obstante, en los últimos años, permaneció alejada de la vida pública y política, aunque su familia destacó la lucidez mental que la acompañó hasta su fallecimiento.
Le gustaba invitar a gente a almorzar, leer revistas en francés, ver programas políticos y escuchar tangos y boleros. De hecho, los sábados llegaban más de 20 personas, entre amigos y familiares a visitarla.
A las 13:45 horas de esta tarde, y a los 94 años de edad, falleció en su domicilio, en compañía de una de sus hijas, la diputada Isabel Allende.
(Con información de El Mercurio / GDA)
fml VER BLOG http://tenchadeallende.wordpress.com/2007/08/
Hortensia Bussi Soto - Dama Primera
"Saludo con emoción al pueblo chileno. A él debo mi retorno a la patria", dijo Hortensia Bussi que, con los ojos enrojecidos, se esforzaba en reconocer viejas amistades en los miles que -a días del plebiscito- salieron a saludarle pues junto a ella también veían el inminente retorno de la democracia y sentían como nunca presente, al propio Allende.
Atrás quedaban 17 años de un exilio -"injusto e inhumano que se me impuso por haber defendido siempre los valores democráticos de mi patria", leyó Tencha con voz entrecortada-. Período en que recorrió el mundo para denunciar los crímenes de la dictadura y coordinar la solidaridad con Chile. Ciudadana honoraria de múltiples urbes europeas, condecorada en La Habana, en Moscú y en diversas universidades, su pequeña figura -engrandecida por la dignidad con que llevó sus muchos dolores- se convirtió en un símbolo mundial de la lucha por los derechos humanos y en un referente de la libertad de su país.
En medio del bullicio de San Pablo, lejos parecía quedar el día en que abandonó el país junto a un puñado de cercanos. Casi los mismos que horas antes la habían acompañado al Cementerio Santa Inés, en Viña del Mar, a depositar en secreto los restos mortales del Mandatario. "Aquí enterramos a Salvador Allende, Presidente de Chile", tronó su suave voz, en medio de los sepulcros, resquebrajando los muros de silencio y olvido que querían imponer. Diecisiete años después, el pueblo la esperó en las calles con pancartas que rezaban: "Bienvenida, primera dama".
La familia
Hortensia Bussi Soto, nació en Valparaíso el 22 de julio de 1914. Su padre era marino mercante y casi no conoció a su madre que murió muy joven. Con grandes esfuerzos, por ser de una familia de clase media, ingresó al Instituto Pedagógico a estudiar pedagogía en Historia y Geografía.
Cursaba el último año de su carrera cuando el 24 de enero de 1939, su amigo Manuel Mandujano, le presentó a un asustado Salvador Allende que huía del sacudón que esa noche destruyó Chillán. Mandujano confidenciaría más tarde a la revista "Análisis" (junio de 1988) que a pesar del pánico que El Chicho sentía por los temblores se fueron a un café de calle Tenderini "hablaron muy largo y Salvador estaba muy impresionado porque la Tencha era una mujer preciosa".
Ella no tenía convicciones políticas claras, pero era de personalidad "muy definida y de criterio independiente -afirma la escritora Diana Veneros en su libro ‘Allende’- y como ambos no eran apegados a las convenciones terminaron viviendo juntos, algo no muy frecuente en esos años".
Se casaron en 1940 cuando Allende ya era ministro de Salubridad de Pedro Aguirre Cerda. Del matrimonio nacieron tres hijas, Carmen Paz, Beatriz y María Isabel. Múltiples testimonios lo muestran como un "padre cariñoso y preocupado", junto con mimarlas las instaba a intervenir en la vida política y a estudiar para ser profesionales.
Con Beatriz (Tati) tuvo una especial complicidad, para algunos, ella fue como "el hijo que no tuvo". Su personalidad enérgica y audaz la hacían parecerse a él. Fue la única que estudió medicina y muy joven ingresó al Partido Socialista. Las convicciones de Tati se radicalizaron en 1960 tras viajar a Cuba con una delegación de estudiantes. Allí conoció al Che, conversó con Fidel y se enamoró de Luis Fernández de Oña. Se casó con él y se sumó a los "Elenos", militantes socialistas que asumieron como propia la senda del Che de sembrar en el continente Ejércitos de Liberación Nacional para cosechar socialismo libertario.
Durante el gobierno de la UP, Beatriz medió entre los grupos más extremos y su padre de quien se convirtió en "su confidente, amiga y consejera", señala Veneros. El 11 de septiembre de 1973, aunque embarazada, Allende debió echarla con súplicas y empellones del palacio en llamas. Tres años después, ya divorciada, se suicidó en La Habana. Su tía Laura por quien Allende sentía una especial devoción- siguió sus pasos poco después.
Traicion conyugal
Si bien Salvador Allende fue un padre presente y nunca abandonó a sus hijas, no puede decirse lo mismo de su rol como marido. Las muchas infidelidades habrían sido la principal causa del fracaso de su matrimonio con Hortensia Bussi.
Además también los separaron sus opciones y estilos diferentes, "ella era refinada y él muy sencillo". La brecha entre ambos se agrandó con los años, pero el matrimonio no concluyó porque "Allende estaba decidido a ser Presidente y sabía que el pueblo no votaría por él si se divorciaba", le reconoció Gonzalo Piwonka, secretario privado de Allende, en una entrevista a Veneros.
Cuando 1970 Allende alcanzó la Presidencia, el vínculo conyugal con Hortensia Bussi era una mera formalidad, sin embargo según múltiples testimonios ambos siempre mantuvieron un mutuo respeto y consideración. Un año antes, Allende había comenzado una relación con Miria Contreras Bell, una mujer fuerte, inteligente, discreta, devota e incondicional.
A pesar de ello, Hortensia Bussi, se entregó por entera a su rol como primera dama, avocándose a las labores sociales que cumplen las esposas de los presidentes. Así como admiraba la fidelidad de Allende con su pueblo, le dolía la deslealtad hacia ella. Pero, como muchas mujeres de aquella época, sobrellevó estoica y en privado el trago amargo de la traición conyugal.
Para el 11 de septiembre la Tencha sobrevivió milagrosamente al bombardeo de la casa presidencial de Tomas Moro: "Entre cada uno de los ataques se desataba un tiroteo de locura. La residencia se convirtió en una masa de humo, de olor a pólvora, de destrucción", declaró días después.
Tras enterrar a su marido, salir al exilio y recorrer el mundo clamando el cese de la represión en Chile, retornó al país para ser un símbolo en la lucha por el retorno de la democracia. Diecisiete años después de la tragedia, el pueblo que siempre le fue leal- la esperó en las calles con pancartas que rezaban: "Bienvenida, Primera Dama".
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